Mantente en movimiento
Mece tu bebé en movimiento de vaivén, o da una caminata o una vuelta en el automóvil. El movimiento rítmico puede ser relajante para ti y tu bebé.
Envuélvelo
Después de nueve meses en un espacio confinado, al bebé todavía le gusta sentirse acogido y seguro, así que prueba con envoltura ajustada.
Haz susurros para que duerma
Al hacer un sonido de susurros continuos, estás imitando los sonidos del útero, que el bebé encuentra reconfortante. Es posible que puedas susurrarlo hasta que se quede dormido.
Proporciona distracciones
Un ruido o vibración continua, por ejemplo, el motor de la aspiradora o secadora de pelo puede distraer y calmar a tu bebé.
Pon tu bebé en un portabebés
A los bebés les gusta estar cerca del cuerpo del padre o madre. Los portabebés dan a los padres libertad de movimiento sin hacerles sentir que están abandonando a un bebé angustiado.
Da un masaje a tu bebé
Acaricia la espalda o pecho de tu bebé suavemente para calmar y reconfortar.
Prueba un chupete
Los bebés tienen fuertes necesidades de chupar no relacionadas con su necesidad de alimentos; algunos simplemente lo encuentran reconfortante tener algo en la boca – ya sea un dedo, un chupete o su propio dedo gordo.
Canta una canción
El sonido de tu voz mientras te paseas por el cuarto al son de una canción conocida puede resultar muy calmante.
Prueba un espejo
Las superficies reflectoras irrompibles, por ejemplo, las que aparecen en muchos juguetes de bebé, a menudo captan y conservan la atención de un bebé intranquilo.
Dale un baño tibio a tu bebé
Un baño tibio puede calmar y relajar a tu bebé justo antes de acostarse.
Deja a tu bebé solo unos minutos
Una vez que le hayas alimentado, hecho eructar y cambiado el pañal de tu bebé, está bien ponerlo en su cuna durante unos minutos. Cálmalo y después sal del cuarto de nuevo durante unos minutos o más antes de regresar. Con el tiempo, aprenderá cómo calmarse a sí mismo para dormir.